miércoles, 16 de enero de 2013

Biografía de Alejandro, "gladiador hispano-romano" (VI)

Pero ese tercer puesto me hizo sentirme un tío "importante". Al año suigiente gané el Junior de Madrid ¡qué sensación más fantástica! Creedme, competir es mostrar tu trabajo, tu esfuerzo, tu arte y como no, expresar con tu cuerpo. Es una experiencia más profunda de lo que pueda parecer a cualquier persona que compita, que lo haga bien o lo haga mal (aunque con subirse a una tarima ya es un triunfo).

Lo importante es vivirla y si ganas o haces un buen papel pues mejor. Al tercer año de competir volví a ganar el campeonato de Madrid Senior, y ya me lo empecé a creer. Fuí al Olimpia ese mismo año y me dejé aconsejar por mi preprarador que me dijo que comiera lo que quisiera en 3 días y me borré (ya conté esto en capítulos anteriores).

Antes de esta aficción por competir, pues a mi lo de entrenar con peso me tira, hiciera el deporte que hiciera, yo lo acompañaba con levantamiento de peso, si,si.
En otros deportes ciclismo, fútbol, judo, si, todo era bueno y empecé a parte de pequeño cuando levantaba sacos, comencé a praticar Judo (en la calle de Los Yébenes, en el barrio de Aluche). Mi maestro de Judo se llamaba Macario, era muy bueno y yo muy "bruto" y pequeñito 6 añitos y estuve hasta los 9 que me quitó mi madre, porque yo tenía la mala suerte, o mejor dicho, ellos tenían "mala suerte" de que todo matoncillo que me encontraba en el cole, en la playa o donde fuera, ahí estaba yo como tonto o así me decían los clásicos abusones de niños, aunque conmigo se confundían.

En el colegio se metían con amigos míos que eran pequeños como yo, no podía ver abusos (ni antes ni ahora), siempre salí en defensa de compañeros de clase y en mi barrio igual y "conancito" que era, imaginad un niño de 9 años haciendo correr a los abusones de 12.  A mi madre ya la llamaron los profesores para decirle que era muy bruto porque pegaba guantazos a niños, claro que lo que no decían es lo abusones que eran los otros.
Ahí en el cole me aficcioné al fútbol, concretamente de portero y no se me daba nada mal.
Hice las pruebas del Real Madrid tres veces y hasta estuve a punto de jugar en una liguilla interna del Real Madrid.

Hasta en una ocasión y fué la última, en 1987, en la primavera de ese año, tuve la suerte de que me seleccionaran en el grupo de chicos que llamaban (porque había que echar solicitud claro) y al mes más o menos te llamaban ¡qué ilusión! me hacía una convocatoria de áquellas, increíble sensación ir a la ciudad deportiva de Real madrid.

Continuará....

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